Armas neumáticas

Allá por el año 1982, mi padre, Don Víctor Hugo Ferrando, hijo de inmigrantes españoles e italianos, instala un pequeño taller de pulido y pavonado de armas. Con 6 años de edad, yo, su hijo, Juan Manuel Ferrando, no quise separarme ni un minuto de aquello, ver a mi padre desarmando armas, recuperando sus superficies y luego pavonándolas, hizo que de inmediato me convirtiera en aprendiz.

Pasaron los años y los dos seguimos siempre juntos, estudiamos casi a la par abogacía en la Universidad de Buenos Aires y nos recibimos del mismo modo, litigamos juntos durante muchos años, pero siempre emprendíamos viajes por el interior de Argentina vendiendo repuestos de armas en general en los comercios del ramo. Desde Jujuy hasta Comodoro Rivadavia, decenas de veces; de esos viajes conservo los más distinguidos recuerdos.

No hubo armería a la que no hubiéramos ido, las conocimos a todas. Durante tres semanas yo hacía repuestos, entre escritos de abogacía y un viejo torno que él me regaló, -de marca Santos Vega – preparábamos el viaje. Él era el capitalista de mis locuras, cuando se me ocurría algo, enseguida conseguía el dinero y yo comenzaba la producción. Llegamos a tener 240 diferentes tipos de repuestos, abarcamos uñas extractoras de carabinas varias, resortes, muelles, martillos, percutores, chimeneas, alzas, guiones, cargadores, adaptaciones…

De inmediato, se frenaron las ventas, recuerdo haber hablado con casi todas las armerías que habían sufrido el atropello, las cuales cambiaron de rubro o cerraron definitivamente.

La pasión seguía intacta corriendo por mi sangre, y comencé a incursionar en los rifles de aire comprimido, siempre con repuestos, los que tímidamente se vendían pero no como antaño.

En el año 2012 fallece mi padre. Allí decido suspender el título de abogacía, para dedicarme de manera definitiva a las armas de aire comprimido.

Fabriqué la primer carabina de aire comprimido, con la marca Santos Vega, como el nombre del torno que me había regalado mi padre, y luego de eso, no me detuve más, siguieron 4 series de pistolas neumáticas, siempre inmerso en interminables períodos inflacionarios, que hacen imposible la previsión, fabricar en Argentina es una decepción constante, una batalla perdida de antemano. Los caprichos de los populistas han llevado a los emprendedores a una situación insostenible, sin materia prima por el cierre a la importación, con materia prima interna cada vez más escasa por el cierre de empresas y la baja constante en la calidad, una baja en la calidad brutal, al extremo q los resortes que se fabrican en el país no sirven porque el acero no tiene carbono adecuado, y así todo.

EPPUR SI MOUVE  fueron las palabras del maestro

Pero nadie puede apagar la mente de los hombres pensantes, “EPPUR SI MOUVE” fueron las palabras del maestro, no vale la pena reparar en aquellos a los que un árbol les tapa el bosque.

Para esta fecha, año 2021, en plena pandemia covid, me he dedicado con gran entusiasmo a avanzar en nuevos proyectos, es un año muy raro, pasamos casi 8 meses sin salir de casa, hube estado encerrado en el taller, y pude replantear el escenario de la fabricación y de algunos nuevos productos.

Me despido, anhelando que algún día mis hijos sigan con la tradición, y se conviertan ese día en “tercer generación de armeros”. Me despido anhelando que algún día, San Martín se despierte de su tumba, y así como expulsó a los españoles de américa, destierre el comunismo, antes de que la masa bruta predomine y sea ingobernable y nos falte el aliento para dirigirla por los caminos de la salvación.